lunes, 30 de julio de 2012

INFANCIA FELIZ

 

Pan con chocolate. Esta mañana una amiga mía de Facebook ha publicado esta foto. Cuantos recuerdos en una foto. Me ha hecho recordar y reflexionar, que de eso va este Blog, sobre mi infancia. 

Yo tuve una infancia feliz, muy feliz. No tuve hermanos, pero tuve perro y muchos primos que al fin y al cabo hacen bastante bien de sustitutos para los niños tristes y solitarios (ironia...) que los hijos únicos solemos ser.

Mis primas de Vigo se llamaban así porque vivían en Vigo, así que cuando venían a vernos a Madrid era una fiesta. Mis abuelos, como buenos andaluces, eran muy de juntarnos a todos en una comida, mi Abuelachón (así, todo junto como si fuera su nombre Abuelachón) hacía potaje, a ninguna nos gustaba, pero nos obligaban a comerlo, a todos menos a mis primos Elena y Lolo, que les hacían un huevo y un filete, no había justicia para los demás y si encima te quejabas te llevabas un capón o un grito de mi padre o de mi tía Ana. A veces teníamos suerte y el abuelo hacía migas, yo era tan felíz el día que hacían migas... También había peleas por las "cocretas" de mi Abuelachón. Siempre había algún listo que se comía más que nadie, hasta que un día mi abuela decició racionarlas y nos daba dos a cada uno, llegado a este punto ya eras libre de comértelas al principio o al final.

Por la tarde cuando los mayores tomaban cafés (y lo que no eran cafés) nos mandaban, o nos echaban, todavía no lo tengo claro, a la calle a jugar. Yo no llego a los 30, pero en mi época todavía podíamos ir a la calle sin padres. Nos flipábamos un montón con un seto que había cerca de casa de mi abuela y nos peleábamos con los niños del barrio.

Cuando nos entraba la gusa subíamos y era entonces cuando mi abuela nos ponía en fila y nos daba pan con chocolate y tang jajajaja es grande mi abuela, sabía lo que querían sus nietos. A todas nos daba lo mismo, menos a mi primo que como era el único chico le daba más. Otra injusticia, yo era más pequeña, era chica, pero quería un trozo más grande.


En resumen, por qué os cuento mi vida, pues muy sencillo, porque si, porque el bocata de chocolate me ha traido muy buenos recuerdos, de mi familia, de mis primos y me ha dado pena, porque ahora vivimos una época muy chunga, de futuros inciertos, donde los jóvenes solo podemos tener un hijo y a duras penas.

Solo espero que cuando mi hija se haga mayor pueda tener buenos recuerdos como yo los tengo de las mañanas de Reyes, de los domingos en el Retiro con mis padres, del Rastro, de sentarme a ver Cuéntame con mi familia, de engancharme a Betty la fea con mi padre, de mi madre acabando mis deberes, de ver con mis abuelos Amar en tiempos revueltos, de las batallitas de la guerra de mi abuelo Juan, de mi madre contándome que de pequeña cantaba como Marisol, de mis abuelos juntándonos a todos una vez al año.

Por eso le quiero dedicar este post a mi familia, que se que me sigue como puede aunque nos hayamos desperdigado todos un poco por España. Acordaos que en Diciembre hay algo importante que celebrar...